Un reciente estudio del Centro Trabajo y Familia del ESE Business School reveló que las mujeres en Chile enfrentan múltiples desafíos y barreras para desarrollar sus carreras profesionales, especialmente en el contexto de la pandemia del covid-19.
El estudio, titulado 2° Índice de Trayectoria Laboral e Inclusión de mujeres en Chile 20211, se basa en una encuesta aplicada a más de 2.000 trabajadores y trabajadoras de distintos sectores, niveles jerárquicos y regiones del país.
El índice se calcula en base a tres pilares: equidad de género en la empresa, facilitadores en la trayectoria laboral y experiencia del trabajo a distancia.
Cada pilar se compone de varios indicadores que miden la percepción y la realidad de los trabajadores y trabajadoras sobre estos temas.
El índice tiene un valor máximo de 100 puntos, que representa la situación ideal de igualdad de oportunidades y condiciones laborales para las mujeres.
Los resultados del estudio muestran que el índice promedio para Chile es de 54,4 puntos, lo que indica que hay un amplio margen de mejora en las políticas y prácticas de las empresas para promover la inclusión y el desarrollo de las mujeres.
El pilar que obtuvo el menor puntaje fue el de equidad de género en la empresa, con 48,9 puntos, seguido por el de facilitadores en la trayectoria laboral, con 54,7 puntos, y el de experiencia del trabajo a distancia, con 59,6 puntos.
Algunos de los hallazgos más relevantes del estudio son los siguientes:
- La representación de las mujeres en la alta dirección y los directorios de las empresas chilenas es muy baja, con solo un 18% y un 15%, respectivamente. Además, solo el 28% de las empresas cuenta con un director o directora de diversidad, y el 40% tiene algún tipo de política o programa para promover la diversidad y la inclusión.
- Las mujeres perciben que la maternidad y la paternidad tienen un impacto negativo en sus carreras profesionales, mientras que los hombres lo ven como algo positivo o neutro. El 52% de las mujeres dice haber renunciado a alguna oportunidad laboral por motivos familiares o personales, frente al 38% de los hombres.
- Ellas enfrentan más barreras que los hombres para avanzar en sus carreras, como la falta de apoyo de sus jefes, la discriminación, el acoso, el machismo, la falta de flexibilidad, la falta de confianza y la falta de redes de contacto. El 64% de las mujeres dice haber experimentado alguna de estas barreras, frente al 46% de los hombres.
- El trabajo a distancia se ha convertido en una modalidad predominante durante la pandemia, con un 74% de los trabajadores y trabajadoras que lo realizan al menos una vez a la semana1. Sin embargo, esta modalidad también implica dificultades, como la falta de comunicación, la falta de equipamiento, la falta de límites entre el trabajo y la vida personal, y la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidado1. Las mujeres reportan más dificultades que los hombres en el trabajo a distancia, especialmente en lo que se refiere al cuidado de los hijos e hijas.
Se concluye que es necesario implementar medidas concretas y efectivas para mejorar la situación laboral de las mujeres en Chile, tanto a nivel de las empresas como a nivel de las políticas públicas.
Algunas de las recomendaciones que propone el estudio son las siguientes:
- Fomentar una cultura organizacional que valore la diversidad y la inclusión, y que reconozca y premie el talento y el desempeño de las mujeres.
- Implementar programas de mentoría, coaching, capacitación y desarrollo de competencias para las mujeres, especialmente para aquellas que aspiran a ocupar cargos de liderazgo.
- Ofrecer servicios de apoyo al cuidado familiar, como guarderías, salas cuna, horarios flexibles, permisos parentales y licencias médicas compartidas.
- Promover la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en las tareas domésticas y de cuidado, y educar a las nuevas generaciones en la igualdad de género.
- Establecer mecanismos de comunicación, feedback, evaluación y reconocimiento para los trabajadores y trabajadoras que realizan trabajo a distancia, y proveerles de los recursos y el equipamiento necesarios para desempeñar sus funciones.
- Generar espacios de diálogo y colaboración entre los distintos actores del mundo laboral, como las empresas, los sindicatos, las universidades, los medios de comunicación, el gobierno y la sociedad civil, para impulsar una agenda común que favorezca la inclusión y el desarrollo de las mujeres.
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