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Cómo evitar la procrastinación en el estudio y aprovechar mejor tus cursos de capacitación

¿Te cuesta empezar o terminar tus tareas de estudio? ¿Sueles dejar todo para el último momento? ¿Te sientes abrumado o frustrado por la cantidad de trabajo que tienes que hacer? Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, es posible que sufras de procrastinación, un hábito muy común y perjudicial que puede afectar a tu rendimiento académico y a tu bienestar.

En este artículo, te vamos a explicar qué es la procrastinación, por qué ocurre, cómo te afecta y cómo puedes superarla. Además, te vamos a dar algunos consejos prácticos para que puedas evitar la procrastinación en el estudio y aprovechar mejor tus cursos de capacitación. ¡Sigue leyendo y descubre cómo puedes mejorar tu productividad y tu satisfacción!

¿Qué es la procrastinación?

La procrastinación es el hábito de postergar las tareas importantes o difíciles, ya sea por falta de motivación, por miedo al fracaso, por perfeccionismo o por otras razones. Procastinar implica sustituir las tareas que se deben hacer por otras más agradables o menos exigentes, como ver la televisión, navegar por internet o hacer recados.

La procrastinación no es lo mismo que la pereza, ya que la persona que procrastina no deja de hacer nada, sino que hace otras cosas que no son prioritarias. Tampoco es lo mismo que la falta de tiempo, ya que la persona que procrastina suele tener tiempo suficiente para hacer sus tareas, pero lo gestiona mal. La procrastinación es un problema de autocontrol, de planificación y de gestión emocional.

¿Por qué ocurre la procrastinación?

La procrastinación puede tener diferentes causas, que varían según la persona, la tarea y el contexto. Algunas de las causas más frecuentes son:

  • La falta de motivación: cuando la tarea no nos interesa, no nos gusta o no nos aporta ningún beneficio, tendemos a posponerla o a evitarla.
  • El miedo al fracaso: cuando la tarea nos parece muy difícil, compleja o exigente, y tenemos dudas sobre nuestra capacidad o nuestra preparación, tendemos a retrasarla o a escapar de ella.
  • El perfeccionismo: cuando la tarea nos parece muy importante, relevante o trascendente, y tenemos unas expectativas muy altas o muy rígidas sobre el resultado, tendemos a demorarla o a rehacerla constantemente.
  • La falta de organización: cuando la tarea no tiene un plazo definido, una estructura clara o unos objetivos concretos, tendemos a dejarla para más tarde o a hacerla a medias.

¿Cómo afecta la procrastinación?

La procrastinación puede tener consecuencias negativas para nuestro rendimiento académico, como:

  • Retrasos: al postergar las tareas, corremos el riesgo de no entregarlas a tiempo o de hacerlas con prisas y sin revisarlas.
  • Errores: al posponer las tareas, podemos cometer fallos por falta de atención, de concentración o de comprensión.
  • Baja calidad: al evitar las tareas, podemos hacerlas de forma superficial, incompleta o inadecuada.
  • Incumplimiento: al escapar de las tareas, podemos llegar a no hacerlas o a abandonarlas.

La procrastinación también puede tener consecuencias negativas para nuestro bienestar, como:

  • Estrés: al retrasar las tareas, podemos sentir ansiedad, nerviosismo o agobio por la acumulación de trabajo o por la presión del tiempo.
  • Culpa: al posponer las tareas, podemos sentir remordimiento, arrepentimiento o vergüenza por no haber hecho lo que debíamos o por haber hecho lo que no debíamos.
  • Frustración: al evitar las tareas, podemos sentir desilusión, decepción o insatisfacción por no haber cumplido con nuestras expectativas o con las de los demás.
  • Baja autoestima: al escapar de las tareas, podemos sentir inseguridad, duda o desconfianza sobre nuestra capacidad o nuestra valía.

¿Cómo superar la procrastinación?

La procrastinación es un hábito que se puede cambiar con voluntad, esfuerzo y constancia. Para ello, se recomienda seguir tres pasos: crear un cronograma de estudio, elegir un buen lugar para estudiar y establecer metas diarias a cumplir.

Crea un cronograma de estudio

El primer paso para evitar la procrastinación es crear un cronograma de estudio, que te ayude a organizar tu tiempo y tus tareas, y a priorizar lo más importante y urgente. El cronograma de estudio debe ser realista, flexible y equilibrado, incluyendo:

  • Las tareas: debes identificar las tareas que tienes que hacer, como leer, estudiar, hacer ejercicios, investigar, escribir o presentar. Debes especificar el tema, el contenido y el formato de cada tarea.
  • Los tiempos: debes asignar un tiempo estimado para cada tarea, teniendo en cuenta su dificultad, su extensión y tu ritmo de trabajo. Debes distribuir el tiempo entre las diferentes tareas, sin sobrecargar ni dejar vacíos tu horario.
  • Los descansos: debes incluir pausas entre las tareas, para relajar tu mente y tu cuerpo, y para recargar tu energía y tu motivación. Debes hacer descansos cortos (de 5 a 10 minutos) cada hora, y descansos largos (de 30 a 60 minutos) cada 3 o 4 horas.
  • Las recompensas: debes premiar tu esfuerzo y tu progreso, con actividades que te gusten y te diviertan, como ver una serie, jugar a un videojuego o salir con amigos. Debes hacer recompensas pequeñas (de 10 a 20 minutos) cada día, y recompensas grandes (de una a varias horas) cada semana.

Puedes usar una agenda, un calendario o una aplicación para hacer tu cronograma de estudio, y revisarlo y ajustarlo cada semana.

Elige un buen lugar para estudiar

El segundo paso para evitar la procrastinación es elegir un buen lugar para estudiar, que te proporcione las condiciones adecuadas para concentrarte y aprender. El lugar de estudio debe ser:

  • Cómodo: debes disponer de un espacio suficiente, una silla ergonómica, una mesa a la altura adecuada y una buena ventilación.
  • Tranquilo: debes evitar los ruidos externos, como el tráfico, la música o las conversaciones, y los ruidos internos, como el teléfono, la televisión o las notificaciones.
  • Ordenado: debes mantener tu lugar de estudio limpio y organizado, sin objetos que te distraigan o te estorben, y con todo lo que necesites a mano.
  • Iluminado: debes contar con una buena iluminación, natural o artificial, que te permita ver bien y que no te dañe la vista.

Establece metas diarias a cumplir

El tercer paso para evitar la procrastinación es establecer metas diarias a cumplir, que te orienten y te motiven a realizar tus tareas. Las metas diarias deben ser específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con plazo, siguiendo el método SMART. Por ejemplo, en vez de decir “voy a estudiar anatomía”, puedes decir “voy a estudiar el capítulo 3 de anatomía en dos horas y hacer un resumen”. Al final del día, debes revisar y celebrar tus metas, reconociendo tu esfuerzo y tu progreso.

Establecer metas diarias te ayuda a evitar la procrastinación, porque te da un sentido de dirección, de propósito y de logro. También te ayuda a controlar tu tiempo, a medir tu avance y a mejorar tu autoestima.

Conclusión

Estas son solo algunas de las ideas que te quería compartir sobre cómo evitar la procrastinación en el estudio y aprovechar mejor tus cursos de capacitación. Esperamos que te hayan sido útiles y que las pongas en práctica. Recuerda que la procrastinación es un hábito que se puede cambiar con voluntad, esfuerzo y constancia, y que al hacerlo, mejorarás tu rendimiento académico y tu bienestar.

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